Los síntomas de la enfermedad son causados por los huevos de los propios gusanos. De hecho, la prueba para su detección se realiza a partir de un análisis de orina y heces; se buscan los huevos o la presencia de antígenos, que pueden indicar indicios de la enfermedad.
Entre los síntomas más frecuentes de la equistosomiasis intestinal encontramos dolor abdominal, diarrea y sangre en heces. En estadios más avanzados pueden aparecer signos como hepatomegalia (hígado aumentado de tamaño), ascitis (acumulación de líquido en el abdomen), hipertensión portal y esplenomegalia (aumento del tamaño del bazo).
Los niños son otros de los grandes afectados, ya que a veces el problema de esta enfermedad no es la muerte; sino las secuelas que deja (anemia, retraso del crecimiento, problemas de aprendizaje) aunque la mayoría de ellos con un tratamiento adecuado suelen ser reversibles.
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