Los síntomas pueden tardar entre 2 y 30 días (un promedio de 10 días) en aparecer y pueden incluir: tos seca, fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular, náuseas, vómitos, diarrea, etc. En ocasiones, los pacientes pueden avanzar a una segunda fase donde los síntomas empeoran con fallos renales, insuficiencias hepáticas y meningitis. Sin un tratamiento adecuado la enfermedad puede perdurar por meses.
Hay un tipo de leptospirosis, que es conocida como Síndrome de Weil (leptospirosis ictérica), que es más grave. Cursa con ictericia, azoemia, anemia, alteración de la conciencia y fiebre continua. Los pacientes con este síndrome suelen desarrollar hemorragias debido al daño de los capilares, que se manifiesta con epistaxis (sangrado de nariz), hemoptisis (tos con sangre), petequias, equismosis (pequeños hematomas).Para confirmar la leptospirosis se busca la presencia de anticuerpos de la enfermedad en sangre o mediante un examen de reacción en cadena de polimerasa (PCR). Es posible que su médico también le pida otras pruebas como un análisis de orina, un hemocultivo, un hemograma, etc.
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