La S. typhi, bacteria del género salmonella solo vive en los humanos y se propaga principalmente a través de los alimentos y agua contaminada. En un primer momento, las bacterias viajan al intestino y de allí se trasladan por la sangre y nódulos linfáticos hasta los demás órganos.
Los principales síntomas de la enfermedad son fiebre, indisposición y dolor abdominal. A medida que evoluciona la enfermedad, los síntomas se van agravando dando lugar a hipertermia y diarrea profusa. Entre otras manifestaciones encontramos: alucinaciones, escalofríos, heces con sangre, fatiga intensa, dolor de cabeza.
Algunos pacientes suelen acabar desarrollando una especie de manchas rosas (roséola tifoidea) por la espalda y el abdomen. Sin tratamiento, la enfermedad puede graves complicaciones extraintestinales como meningitis, miocarditis o artritis, entre otras. Los pacientes inmunodeprimidos como VIH positivos o los niños son más vulnerables, por lo que los síntomas suelen ser más intensos y agresivos.
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